OPINIÓN
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| Foto Vía Libre. |
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Alberto
Witvrun
Diariovialibre.com.mx, (8 julio, 2024).- La renuncia de lo que
después llamarían Grupo Plural Independiente (GPI) y la deserción paulatina de
personajes y expresiones locales que abrieron un hueco de cien mil votos al Partido
Revolucionario Institucional (PRI) el 2 de junio en Hidalgo, justifican las
decisiones de los ex gobernadores Miguel Ángel Osorio y Omar Fayad, porque la
reforma estatutaria, confirma sus dichos sobre este grupo.
Alejandro Moreno, Rubén Moreira y Carolina Viggiano,
muestran su verdadero rostro con cinismo inusitado al culpar a las “vacas
sagradas” de la caída del PRI, cuando a ellos se les desmoronó y lo
convirtieron en el jugoso negocio de prerrogativas e impunidad mediante traición
y engaño a quienes les creyeron y aquí, hoy rumian enojo en el jueves de desayuno.
La ex presidenta y los ex presidentes del Comité Directivo
Estatal (CDE), Geraldina García, Aurelio Marín, Jaime Costeira y el ex
gobernador Francisco Olvera; por separado los también ex dirigentes José
Antonio y Jorge Rojo y el ex mandatario Manuel Ángel Núñez, reprueban que
Alejandro Moreno pueda reelegirse hasta el 2030.
Así terminó la luna de miel con el primer bloque, que, tras
la deserción del GPI, respaldaron la campaña contra Fayad Meneses y acogieron
sus desayunos a Carolina Viggiano y a su mayordomo político Marco Antonio
Mendoza, mientras se agandallaba candidaturas de representación proporcional y
negaba recursos a candidatos y estructura.
Abandonaba a su suerte a Benjamín Rico e intentó descarrilar
la candidatura de Jensen Oropeza a presidente municipal de El Arenal, único de
los 84 que ganó el PRI; y ahora, filtra, se debe a la senadora electa Simey
Olvera, para restar méritos al autor: el alcalde Ranulfo Serrano, porque se
negó a rendir tributo a Moreno y Moreira.
Interesante será volverlos a ver reunidos, para que Carolina
Viggiano y Marco Bustamante, les expliquen y los convenzan de que la reforma
estatutaria es lo mejor para el PRI y que la culpa de la caída del PRI es de
ellos, de las “vacas sagradas”. ©
Ra
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