OPINIÓN
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Alberto
Witvrun
Diariovialibre.com.mx, (1 octubre, 2024).- El anuncio de la
presidenta Claudia Sheinbaum Pardo de que su gobierno transformará Tula de la
región más contaminada a la más limpia del país, generó en los habitantes de la
región emociones encontradas, pero también escepticismo tras 27 años de
estudios que revelan la alta polución, proyectos incumplidos e inversiones para
revertir la problemática que se diluyeron, cuya cereza del pastel fue la
inundación de 2021.
En 1997 el estudio Alfa Valle del Mezquital de un
multidisciplinario equipo de ocho países determinó que las aguas residuales y
sus lodos contenían metales pesados y 6 mil partículas por millón en lo que a
plomo se refiere cuando lo aceptable son 25, así que no sólo las hortalizas
hasta la leche contenía este contaminante, así que en diferentes grados las 120
mil toneladas de alimentos que se producían en las más de cien mil hectáreas y
que se consumían en el centro del país eran un riesgo para la salud.
No se diga para los habitantes de las 36 mil hectáreas que
abarcan ocho municipios y en particular para los ribereños que por décadas son
víctimas de las miríadas de Culex y los fétidos olores que intensifica el lirio
acuático, además de los polvos de las caleras, cementeras, refinería y
termoeléctrica, lo que da como resultado una contaminación integral de agua,
aire y suelo.
Así que si bien se tenía que cumplir con el protocolo el
estudio para declarar la emergencia ambiental, solo fue una actualización de lo
que ya se sabía científicamente hablando, como sea hoy hay un decreto que
obliga al gobierno federal a aliviar la grave contaminación y ambiental a lo
que se comprometió la primera presidenta de México, lo que también hizo el
presidente Ernesto Zedillo Ponce de León.
Porque las aguas negras no se convirtieron en grises y hoy
nadie pregunta que fueron de los 375 millones de dólares del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) y los 400 millones de dólares de del Fondo
de Cooperación Económica de Ultramar de Japón, destinados a combatir la
contaminación, por ello los habitantes de esa región, tienen derecho a dudar
aunque también a la esperanza de que esta vez el gobierno federal les cumpla. ©
Ra
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