OPINIÓN
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Alberto
Witvrun
Diariovialibre.com.mx, (19 diciembre, 2024).- Fuera de los que
estuvieron cerca y respondieron a la emergencia en la mayoría de los
secretarios de despacho privó el pánico y no supieron cómo reaccionar apenas
conocieron que el gobernador Julio Menchaca Salazar había sufrido un desmayo
cuando recorría la Feria de Servicios en Actopan, el shock que les causó,
paralizó al gobierno por espacio de cinco horas y en sus oficinas cruzaban los
dedos para que la jornada laboral terminara.
La secretaria de Salud y del titular de la Unidad de
Planeación y Prospectiva, respondieron a la situación, mientras en el segundo
piso no se atinó que hacer y su titular guardo silencio, cuando sus
atribuciones le obligaban a realizar la comunicación oficial sobre el estado de
salud del mandatario, llamar a la calma al gabinete y enviar un mensaje a la
población con base a la información médica.
Quien salió al paso fue el vocero oficial, lo que demuestra
la importancia de contar con una política y estrategia de comunicación social o
por lo menos un profesional y de lo relevante que son los medios de comunicación
en una crisis gubernamental, valor que no se les ha dado en los últimos meses
con un trato de poco respeto oficial al papel que desempeñan.
Pronto se dijo que la mayoría de los secretarios guardaron
silencio por su inocencia política, calificada de inexperiencia y hasta de
incapacidad para hacer frente a la incertidumbre de unas horas en que se
conoció el estado de salud del gobernador, que por lo informado hasta ahora no
pasó de ser un susto, pero que deberá ser ratificado con estudios posteriores.
Ante esto el titular del Ejecutivo debe iniciar un proceso
de revisión y tal vez realizar más cambios de los que tenía pensados para enero
y ajustar su estrategia de Rutas de la Transformación por lo menos
temporalmente hasta que los médicos le den luz verde para continuar con el
ritmo de trabajo que mantenía. ©
Ra
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