“Al tomar las imágenes de la violenta detención (el reportero Oscar Sánchez Amaro), un policía le insultó, amenazó y ordenó que dejará de tomar fotografías, le aplicó ‘manita de puerco’ y al resistirse aparecieron otros ‘profesionales de la seguridad pública’…”
OPINIÓN
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Foto Vía Libre. |
D E S L I N D E
Ø Alberto
Witvrun
Diariovialibre.com.mx,
(10 marzo, 2025).- La manifestación del Día Internacional de la Mujer
transcurría con relativa calma hasta que la columna de alrededor de 6 mil
personas llegó a Plaza Juárez, la gran mayoría lanzaba consignas contra la
violencia a las mujeres, feminicidios, discriminación y falta de oportunidades,
de pronto por el ala derecha del Palacio de Gobierno, luego de colocar el “tendedero”
algunas arremetieron contra las vallas que rodeaban el inmueble.
Aparecieron entonces policías anti motines que sin protocolo
arremetieron contra un grupo de las manifestantes, concretamente contra tres
dos de ellas adultas y una evidentemente menor de edad, a una de las mayores en
lugar de “encapsularla” le torcieron la mano y en el forcejeo casi le arrancan
la blusa, más tarde testigos dirían que esta “táctica” se la aplicaron a una
docena de las protestantes.
Cuando esto ocurría el reportero gráfico Oscar Sánchez
Amaro, conocido por su complexión física como “Calaverín” con no menos de 35
años en la actividad periodística, inició por 1985 en el desaparecido diario
Nuevo Día con +Roberto Herrera Rivas y de jefe a Ricardo Cardozo; “armado”
siempre con su cámara cumplía su labor informativa.
Al tomar las imágenes de la violenta detención, un policía
le insultó, amenazó y ordenó que dejará de tomar fotografías, le aplicó “manita
de puerco” y al resistirse aparecieron otros “profesionales de la seguridad
pública” para jalonearlo del cabello, darle toletazos en las piernas, cargarlo
en vilo, lo que no les fue difícil por su peso corporal, mientras le daban
“pamba loca”.
Al resistirse, en su pataleo alcanzó a darle en el rostro a
su inicial agresor y cuando era irremediablemente detenido apareció otro
policía, que les dijo que lo soltaran y luego de un par de gritos entre ellos,
le hicieron caso y le dijo a Oscar “salte, vete de aquí” y hoy pudo hacer su
denuncia en la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo (CDHEH) y se
espera haga lo mismo en la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo
(PHJEH).
Así Oscar Sánchez, suma una anécdota más en su larga carrera
como reportero gráfico, siempre oportuno y profesional, me consta, con él y
Jorge Martínez López, compartimos en septiembre de 1985 la quema de la
presidencia municipal de Tulancingo, por porros universitarios para justificar
la desaparición de poderes, cobertura nada fácil, como esa otras. Esta vez
entre el verde y el morado, el 8M no fue tan rosa. ©
ra
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