"La querida y reconocida Colila, al ser galardonada, con la emoción propia expresó: es un honor que me llena de gratitud y que comparto con cada una de ustedes, mujeres que, con esfuerzo y dedicación, seguimos abriendo camino en la educación, el periodismo y la vida pública..."
OPINIÓN
Por Teodoro Rentería Arróyave
Miércoles 12 de marzo de 2025
“ES TIEMPO DE MUJERES”. “EL SIGLO XXI, ES EL SIGLO DE LAS
MUJERES”
Además de encomiar a las mujeres en todos los ámbitos, es
gratísimo referirnos a nuestra querida amiga-colega, María Consuelo ‘Colila’
Eguía Tonella, entre otras ilustres mujeres, que fueron galardonados con el
“Reconocimiento Académico a la Mujer Mexicana” que anualmente otorga el Centro
de Estudios Sobre la Mujer, CESM, de la Academia Nacional de Historia y
Geografía, ANHG, auspiciada por la Universidad Nacional Autónoma de México,
UNAM.
En el acto celebrado en el aula magna, nuestra presidenta,
Elizabeth Rembis Rubio, por cierto, la primera mujer en llegar a ese sitial de
honor y precisamente en el Centenario de nuestro glorificado claustro, se
refirió a esas luchas, duras por el flagelo de la misoginia en nuestro país, al
machismo galopante, y a la representatividad para la cultura del país y del
mundo que representan las labores, que día a día lleva a cabo la ilustre
corporación.
La exquisita escritora y poetisa, Beatriz Saavedra Gastélum,
directora del CESM, explicó que, “el reconocimiento del trabajo de las mujeres
es una deuda histórica que apenas en las últimas décadas ha comenzado a
saldarse. Hoy en día, la lucha por la equidad de género busca no solo
visibilizar las contribuciones de las mujeres en todos los sectores, sino
también garantizar que tengan las mismas oportunidades y derechos que los
hombres.
La querida y reconocida Colila, al ser galardonada, con la
emoción propia expresó: es un honor que me llena de gratitud y que comparto con
cada una de ustedes, mujeres que, con esfuerzo y dedicación, seguimos abriendo
camino en la educación, el periodismo y la vida pública.
Permítanme compartirles un poco de mi historia. Nací en
diciembre de 1935, en un mundo muy distinto al que vivimos hoy. En aquella
época, la mujer tenía un rol casi exclusivo: ser madre y cuidadora. Nuestra
tarea principal era “poblar la tierra”, y pocas se atrevían a desafiar las
normas establecidas. Desde temprana edad, me di cuenta de esta realidad. Cuando
terminé la primaria, lo hice con excelencia, obteniendo el primer lugar de mi
generación, lo que entonces se llamaba ser una alumna “sobresaliente”.
Rompiendo barreras en la educación en mi querido Mexicali,
Baja California, a finales de los años 40, sólo existían dos secundarias, pero
muy pocas mujeres podían asistir. La educación superior estaba reservada para
los varones. A nosotras, las mujeres, se nos destinaban carreras comerciales
cortas: taquigrafía, mecanografía o, si la familia tenía recursos, estudios de
inglés en California. Pero mi destino no estaba enmarcado en esos límites. El
periodismo fue una vocación inesperada.
Mi incursión en el periodismo llegó en 1964, de una manera
inesperada. Un día recibí una llamada de Don Fernando Díaz Todd, entonces
director del recién fundado periódico La Voz de la Frontera. Me invitó a tomar
un café. Acepté la invitación y, para mi sorpresa, me propuso ser la cronista
de sociales del periódico. Me quedé atónita y respondí con una pregunta
natural: ”¿Por qué yo? ¿Qué sé yo de eso?” Su argumento fue simple: “Eres una
joven que asiste a los eventos más importantes y exclusivos de la ciudad.
Creemos que serás una excelente cronista”. Y entonces llegó la oferta: 100
pesos semanales.
Conocer la redacción fue toda una experiencia. Un espacio
angosto y oscuro, con escritorios a cada lado de un pasillo, lleno de hombres
fumadores, periodistas ruidosos y de lenguaje poco refinado. Fue un reto, pero
también una gran escuela.
Desde el inicio, pedí que mi labor no se limitara a la
sección de sociales; quería cubrir también eventos culturales. Así, entre
notas, entrevistas y ceremonias, fui haciéndome un lugar en un mundo dominado
por hombres. Ese mismo año tuve el lujo de viajar a Hawái y, un año después,
crucé el Atlántico rumbo a Europa. Poco después, mi vida dio otro giro: me casé
con un periodista.
Durante varios años me dediqué a criar y educar a mis hijos.
Mi esposo, Edmundo Bustos Pérez, fue uno de los periodistas más reconocidos de
la época, tanto así que la sala de prensa del Congreso del Estado lleva su
nombre. Sin embargo, mi vocación periodística nunca desapareció. En 1983, di el
salto al periodismo radiofónico con mi programa “Las Mañanas de Colilá”, que
este año celebra 41 años ininterrumpidos al aire, siendo un espacio hecho por
mujeres y para mujeres. El compromiso con la profesionalización del periodismo
En 2002 el maestro Teodoro Rentería Arróyave y su hijo Teodoro Raúl Rentería Villa nos convocaron para fundar la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, mi primera responsabilidad fue como Delegada Social. Recorriendo el país, descubrí una realidad que me impactó profundamente: en muchas regiones, los periodistas ejercían sin haber cursado estudios formales, algunos ni siquiera secundaria o preparatoria.
Con la Universidad Autónoma de Chihuahua, se firmó un
convenio profesional para estudiar la licenciatura en periodismo para
comunicadores en activo, al igual que otras y otros colegas me titulé. Después,
nuestra lucha fue aún más grande: lograr la titulación por saberes adquiridos.
Teodoro lo habías logrado. Trabajamos intensamente y conseguimos la profesionalización
de más de mil periodistas en todo el país.
Colila que es autora de más de 10 libros sobre el tema de
las mujeres destacadas. Se le ha distinguido, entre muchos cargos gremiales,
como secretaria general y presidenta de la FAPERMEX -2016-2019- ahora es
presidenta honoraria vitalicia y secretaria general del Colegio Nacional de
Licenciados en Periodismo, CONALIPE.
Este Reconocimiento Académico a la Mujer Mexicana 2025, es
más que un premio personal, afirmó Colila., es un tributo a todas las mujeres
que, con esfuerzo, perseverancia y pasión, han abierto brecha en la educación,
el periodismo y la vida pública. Agradezco a quienes me han acompañado en este
camino, a quienes han creído en mí y, sobre todo, a las mujeres que siguen
luchando por sus sueños
El conocimiento, la educación y la voz de la mujer son
herramientas poderosas de transformación. Sigamos abriendo puertas y
construyendo un futuro donde cada vez más mujeres encuentren su espacio, sin
límites ni restricciones.
Entre otras galardonadas cabe resaltar a las no menos
queridas amigas: la laureada pintora,
Martha Chapa y la bailarina y crotalista, Sonia Amelio. Nuestro sincero aplauso
y felicitación a todas las mujeres, a todas las mujeres premiadas.
Periodista y escritor; presidente del Colegio Nacional de
Licenciados en Periodismo, CONALIPE; secretario de Desarrollo Social de la
Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP; presidente fundador y
vitalicio honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos,
FAPERMEX, Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional, Académico de
Número y Director de Comunicación de la Academia Nacional de Historia y
Geografía, ANHG. Agradeceré sus comentarios y críticas en teodororenteriaa@gmail.com Nos
escuchamos en las frecuencias en toda la República de Libertas Radio. Le
invitamos a visitar: www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.org, y el portal: www.irradianoticias.com
Ra
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