Charlie Watts, baterista de uno de
los grupos más célebres y longevos del rock’roll, The Rolling Stones (TRS), falleció el 24 de agosto de
2021, a los 80 años, tras permanecer 58 en la banda desde 1963, sin
interrupción. El único presente en todas las grabaciones,
incluyendo su mejor disco doble según críticos y músicos, Exile on Main Street, casi de la total autoría del guitarrista Keith Richards y del enfado del cantante Mick Jagger, con escasa participación.
Ambos
fundadores del grupo en 1962 junto con el multi instrumentista Brian
Jones, el músico más dotado de aquellos
recién nacidos Rolling Stones, al que luego se uniría Watts, que en ese entonces trabajaba de diseñador, y al bajo Bill
Wyman. Hay datos que incluyen también al pianista Ian Stewart entre los
primeros, el “sexto Rolling Stone”, que casi pasa desapercibido, como ocurriría
más de tres décadas después con un bajista, que permanece en la penumbra.
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Charlie Watts, Keith Richards y Mick Jagger. Foto Tomada de rockfm.fm |
Lo que sí queda de fijo con esta clásica primera formación con Watts ya integrado, que temas
como (I Can’t Get No) Satisfaction, Jumpin’ Jack Flash, Get
Off My Cloud y Sympathy for the Devil comenzaron a
aparecer y entrar en el gusto del público, según las crónicas de la época. Y de Watts, a manera de ejemplo, del álbum “Aftermath” de 1966, la canción Píntalo
negro, Paint It Black, ayuda a mostrar su sonido: después de un
acorde de cuerdas se escucha nítido el primer golpe al tambor de su batería, y
de ahí su recorrido por tarola, bombo, tambores y platillos fuerte, sonoro, rítmico…
La composición Paint It Black, llamó mucho la atención. Ciertos críticos
consideraron que por su innovación, el grupo de TRS “cambiaron el rock con una sola canción” debido a que “realmente marca la diferencia con los anteriores (éxitos). Además de ser el
primer número uno mundial que contiene un sitar, experimenta con sonidos
psicodélicos que hasta entonces no habían llegado al rock”. (https://bit.ly/3XhgsQj). Publicado décadas
después, lo primero puede parecer exagerado, lo segundo se lo debemos a Brian Jones, quien moriría tres años después, en 1969.
Es
agosto de 2021
A su
muerte, un despacho de prensa de la agencia AFP fechado en Londres el 24
de agosto de 2021 informaba: El batería
de los Rolling Stones, Charlie Watts, "uno de los mejores bateristas de su
generación" y el miembro más mesurado de la célebre banda de rock británica, murió el martes en Londres a
los 80 años.
"Con gran tristeza anunciamos la muerte de nuestro querido Charlie Watts", anunció su agente Bernard Doherty en un comunicado, añadiendo que el músico "falleció tranquilamente en un hospital de Londres hoy mismo, rodeado de su familia".
La información de última hora publicada en La Jornada agregaba que un portavoz del artista había anunciado los
primeros días de agosto que “no participaría en la gira norteamericana de la
banda, por motivos médicos”. Se trataba del tour
“No Filter”, y tras confiar su
participación en la gira a Steve Jordan, músico con Keith Richards durante
años.
Al día siguiente miércoles 25, en información en el
mismo diario, el escritor y cronista cultural Pablo Espinosa en su artículo
“Hoy comienza el pretérito”, describía: La
discreción del verdadero liderazgo, la elegancia del buen hacer, la enjundia
callada. Las virtudes coronan al maestro. Porque ni el liderazgo carismático y
gerencial de Mick Jagger, ni la lira inspirada del brujo Keith Richards, mucho
menos el acompañamiento barítono de Ron Wood: el alma de los Rolling Stones era
Charlie Watts. Hoy comienza el pretérito.
Tras la muerte de Brian Jones el músico de blues
Mick Taylor, de 20 años, suma su talento a los Stones en 1969 y cinco años después los
abandona entre insatisfacciones y controversias. En entrevista, criticaría más
adelante la escasa calidad musical del grupo. Para Charlie Watts era “claramente, el mejor guitarra solista que los Stones han tenido”.
(https://bit.ly/3MiUXYX).
Es Ron Wood (Faces, Jeff Beck Group, The Birds) quien se integra en 1976
de forma definitiva, aunque es registrado un año antes como uno de los miembros
oficiales de TRS. Y quien también es mundialmente conocido, por haber sido
el bajista inicial de la banda de rock and roll inglesa, Bill Wyman, lo fue desde
1962 hasta su salida en 1993 cansado, como ha sido difundido, de “la tiranía” Mick-Keith,
autonombrados Glimmer Twins,
por así firmar innumerables trabajos de grabación, además que, de hecho, muchos
de sus éxitos aparecen bajo la firma como originales del dueto. Del bajista en la penumbra que se cita arriba, desde el abandono de Wyman, no hay un bajo oficial.
Del jazz al rock
El “gran baterista de Jazz prestado
al Rock'n Roll”, suelen decir los críticos o seguidores de Watts, proviene de
su principal fascinación por el jazz a los 13 años que nunca abandonó y luego formaría con un amigo el cuarteto "The A, B, C &
D of Boogie-Woogie". Totalmente autodidacta, aprendió a tocar de oído,
observando a los músicos de los clubes de jazz de Londres, confiaba en
entrevistas el músico que durante su carrera con los Stones, siguió tocando
jazz en paralelo y grabó varios discos con el Charlie Watts Quintet y con el
grupo Charlie and the Tentet Watts.
En esta primera década de
referencia, había un predominio musical absoluto de The Beatles, y como su
contra comercial TRS, también con
notable éxito ascendente y logrando álbumes reconocidos, tiempos que acusaban
que el Beggars Banquet, 1968, de TRS era como respuesta al Sgt. Pepper's
Lonely Hearts Club Band del
cuarteto de Liverpool, de mayo de 1967, o este compararlo con Exile on Main Street cuatro años
después, y el mejor doble de sus satánicas
majestades.
De los bateristas más nombrados
que destacaron y trascendieron por el nivel de sus bandas se mencionan con
insistencia John Bonham (Led Zeppelin) y Keith Moon (The Who), y aquí
agregaremos al fallecido Ginger Baker, a la postre estudioso de las
percusiones, ex de Cream, Blind Faith y GB Air Force.
De entre los recuentos y crónicas publicados por su
fallecimiento ese agosto de 2021 en La
Jornada, apuntan que a pesar del enorme éxito del que gozaba la banda,
Charlie Watts “siempre se mostró callado y reservado, inquebrantable, discreto incluso
sobre el escenario” logrando “durante 60 años impulsar con su batería la música
de los Rolling Stones... los adjetivos sobran para calificar a quien ayudó a
cimentar una de las mejores secciones rítmicas del rock”, que fue, esto último,
lo que artistas y especialistas reconocieron como su aporte en especial a este
tipo de música.
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The Stones performing on US TV show Hullabaloo in NYC, October 1965. Foto @RollingStones. |
Liberado por el jazz, “sin solos ni alardes, fue un maestro puro de la
batería, y en los años posteriores, sorteando al reggae, el rap, la disco y la
electrificación ochentera de las percusiones, Charlie Watts siguió cumpliendo
como reloj hasta 2021, sin parar. Sus únicos pares, John Bonham y Keith Moon,
no tuvieron la misma suerte”. Del tercer batería citado antes, el considerado
ríspido Ginger Baker, fue publicado en indiehoy.com lo siguiente, en el
contexto de fuertes críticas a TRS por sus similares:
En una oportunidad, el exbaterista de
Cream le dijo a Rolling Stone: “No me
acercaré a diez millas de un concierto de los Rolling Stones. No son buenos
músicos, por eso. El mejor músico de los Stones es Charlie Watts con
mucha diferencia”, aseguró. Y agregó: “Los odio y siempre lo he hecho. Mick Jagger
es un idiota musical. Es cierto que es un genio económico. La mayoría de ellos
son unos jodidos idiotas”. (https://bit.ly/3Z28nAf).
-“Cuando
hablan de los años 60, no siento haber estado ahí; todo se supone debía ser
‘sexo, droga y rock & roll’, pero yo no tenía nada que ver con eso”, respondió
Charlie Watts en una entrevista.
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Charlie Watts, Ron Wood, Bill Wyman, Keith Richards y Mick Jagger. Foto indiehoy.com/Helmut Newton. |
Y si bien
tuvo una vida personal tranquila, casado desde 1964 con Shirley Shepherd, hasta
su muerte, el músico “no era totalmente
impermeable a las adicciones de la banda: en la década de 1980, se sometió a
rehabilitación por heroína y alcohol”. Explicaría que "fue un tiempo muy
corto para mí. Simplemente lo dejé, no era algo para mí". Creo que fue una crisis de la mediana edad, aseguró al
diario británico The Observer en 2000.
…tú eres mi
cantante!
Para Watts es la expresión “la calma en la
tormenta de los Rolling Stones”, publicada por el diario londinense Mirror, o bien su vestimenta eran
características que inevitablemente lo distinguían de sus conspicuos compañeros.
Aunque no todo es miel sobre hojuelas. Ocurrió un hecho multicitado que
trastocó en su momento la habitual conducta de Charlie Watts: con motivo de su muerte, la revista inglesa The Week, entre otras publicaciones,
recordó el episodio que fue contado a través del fanzine Beggars Banquet, de cuando los ánimos se calentaron entre Mick
Jagger y el baterista. En su “Ruta Sonora” del 27 de agosto de 2021, la
cronista Patricia Peñaloza lo sintetizó así en La Jornada:
“El más discreto,
modesto y elegante de este combo británico, siempre estuvo más allá de las
circunstancias. Nada le impresionaba; ni su propia ejecución, menos la de sus
compañeros. Afamada es la anécdota en que tras una noche de juerga en la
Playboy Mansion, Mick Jagger llamó de madrugada a Watts por teléfono a la
habitación, para gritarle: ¡¿Dónde está mi baterista?! A los 20
minutos, Watts apareció bien ajuareado en el cuarto de Jagger para propinarle
un golpe en la cara: “No vuelvas a llamarme ‘tu baterista’; ¡en todo caso tú
eres mi jodido cantante!”.
De todo hay en la historiografía musical de Sus Satánicas Majestades, mote adoptado por su célebre composición Sympathy for the Devil o bien el logo de “la lengua”
que se volvió el sello de su empresa discográfica y que provino del álbum Sticky Fingers.
The R̲o̲lling S̲tones - E̲xile on M̲a̲in St Full Album 1972
Lo ocurrido en la primavera de 1971 define otro tramo en el trabajo y
conjunción de los Stones y en la grabación de su espectacular álbum doble Exile on Main Street. “Habían gastado el
dinero que debían en impuestos y abandonaron Gran Bretaña antes de que el
gobierno pudiera confiscar sus bienes”. Mick Jagger, más ocupado con su nueva
esposa Bianca, se instaló en París, y el guitarrista Keith Richards “alquiló
una villa, Nellcôte, en Villefranche-sur-Mer, cerca de Niza. Los demás miembros
se establecieron en el sur de Francia. Como no pudieron encontrar un estudio de
grabación adecuado donde pudieran seguir trabajando en el álbum, el sótano de
Richards en Nellcôte se convirtió en un estudio improvisado utilizando el
camión de grabación móvil de la banda”.
A manera de síntesis, de acuerdo con diversas publicaciones, “ponen a la
venta a través de Rolling Stones Records, el 12 de
mayo de 1972 en EU e Inglaterra, su mejor disco doble, Exile on
Main Street. Este álbum es un disco crudo, desordenado, sin conexiones,
caótico, frenético, lleno de canciones oscuras, es decir, una áspera obra
maestra, el cual divide opiniones.
“Elton John comentó
en su momento: Es el mejor álbum de Rock and Roll de todos los tiempos (a pesar
de sus 18 temas)”. Por su parte, Mick
Jagger declaró: “el disco tiene una de las peores mezclas
que he oído nunca. Es curioso que a todo el mundo le guste Exile
on Main Street, la verdad es que no sé porque. El disco tiene cuatro
temas buenos pero los otros no funcionan”. Agrega la referencia: “Parece que
este par de genios habían escuchado discos diferentes, la disparidad de
opiniones tiene que ver con la autoría del casi cien por ciento de Richards,
que fue una pesadilla para Jagger”.
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The Rolling Stones in Green Park, London, 1967 by Roger Viollet. |
Durante los ensayos y grabación, retomando el despacho
publicado de la agencia AFP ya citado, “del álbum doble considerado lo mejor de
los Stones y el mundo, bajo la conducción total de un caótico Keith Richards y
sin Jagger, y en una lúgubre mansión, mientras el bajista Bill Wyman trataba de
estar allí lo menos posible, Charlie Watts se buscó una casa a tres horas de
distancia.
“Watts,
que siempre se mantuvo alejado de la loca vida que vivían sus compañeros,
siguió siendo durante más de medio siglo el imperturbable metrónomo de la banda
mientras alimentaba su pasión por el jazz. Con su rostro impasible y su talento
unánimemente reconocido para el ritmo binario, ofrecía el contrapunto perfecto
en el escenario a los frenéticos contoneos de Mick Jagger y las payasadas
eléctricas de los guitarristas Keith Richards y Ronnie Wood”.
Watts primero
estudió arte y trabajó como diseñador gráfico en una conocida agencia de
publicidad. Cuando se unió a los Rolling
Stones en 1963, no eran más que una banda pequeña e incipiente. "Fue
una bendición", decía Keith Richards. "El primer batería con quien
empecé hace 40 años es uno de los mejores del mundo. Con un buen batería, eres
libre de hacer lo que quieras", agregaba.
Watts
fue designado como el duodécimo mejor baterista de todos los tiempos por la
revista Rolling Stone. ©
Ra